RESPUESTA

Dios nos ha llamado a una vida victoriosa, venciendo al pecado, al mundo, a las tinieblas y a la muerte. Muchas veces, queremos vivir victoriosamente, pero sin abandonar el pecado o cualquier otra prisión invisible que nos impida avanzar. Como enseña Santiago 3:11, es imposible que de la misma fuente broten agua dulce y agua amarga. O se es o no se es. No hay forma de vivir una vida satisfecha si no vences todas esas cadenas invisibles que intentan paralizarte. Pero la buena noticia es que no estamos solos en esta lucha, porque Dios nos ha llamado a una vida victoriosa sobre todos estos aspectos. Todo lo que Dios quiere es que tengas una fe victoriosa. Para eso, necesitas alimentar tu fe. Te estarás preguntando: "¿Cómo alimento mi fe?". La respuesta es sencilla. La fe es como una llama que arde en el fuego: si no alimentas el fuego con leña, poco a poco la llama se irá apagando. Lo mismo ocurre con nuestra fe: si no se alimenta con la oración que nos lleva a una vida de intimidad con Dios, poco a poco se debilitará y se enfriará. La oración tiene poder, y es tu momento de intimidad con el Padre. Así que sea lo que sea en tu vida que necesites la intervención o la acción de Dios, o sea lo que sea que necesites conquistar porque ha sido declarado para tu vida, cree que es posible conquistarlo a través del poder de la fe. Ten fe, declara la victoria sobre todos los obstáculos que tendrás que afrontar hoy. Con la fe de que los cielos ya están abiertos ante ti, ¡hoy es el día de ganar!

Todo depende de nuestra respuesta ante la dificultad, creer o desanimarse.

Café con Dios Padre ☕️

DEVOCIONAL 52/366

LECTURA BÍBLICA Salmos 24

PALABRA CLAVE #respuesta